lunes, 11 de enero de 2010

EL TABACO, A LA RESERVA

En todos los bares y restaurantes de la nación hay estos días un gran tema sobre las mesas y a pie de barra: el tabaco. Dentro de nada se prohibirá fumar en esos locales. Los empresarios andan con la mosca detrás de la oreja presintiendo una catástrofe en la caja. Los parroquianos, de momento, se lo toman con aparente filosofía. Ya veremos lo que pasa el día que se haga efectiva la prohibición, porque hay gente muy cazurra que sugiere tímidamente otro motín de Esquilache por las calles de Madrid.

Los datos que justifican la ley son estremecedores: cerca de 50.000 muertes al año por enfermedades causadas por el tabaco, 1.400 de las cuales son fumadores pasivos. Todo ello significa, además de otras cosas, un gasto de 7.700 millones de euros para la sanidad pública. El tabaco mata, no cabe la menor duda. Junto con la belladona, es el garbanzo negro y canalla de las solanáceas, una familia ejemplar formada por plantas tan bondadosas como la patata, el tomate, la berenjena o la petunia. Fue introducido en España por la tripulación de Cristóbal Colón. Su cultivo y consumo lo habían aprendido de los indígenas caribeños. En los siguientes siglos se fue extendiendo por todo el mundo. Tuvo momentos de esplendor y glamour, pero ahora lo tienen acorralado en casi todo el universo con sobrados motivos. Porque, la verdad, es uno de los vicios más estúpidos, que engancha de forma tonta hasta que acaba contigo a corto plazo.

Que no se asuste la hostelería. La ley ya rige en Francia, Italia, Noruega, Bélgica, Holanda, Suecia, Portugal, Irlanda y Reino Unido. Los bares y restaurantes de esos países no han notado merma en su clientela. De ahora en adelante la gente fumará menos y beberá más (o viceversa).

El tabaco se jubila. Gracias por los servicios prestados. Respecto a las faenas que has perpetrado, solanácea traidora, ya ajustaremos cuentas en el otro mundo.
Noticia extraida de: http://www.elpais.com/

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