martes, 26 de enero de 2010

GUERRA A LOS MALOS HUMOS

Fijar una fecha límite para dejar el hábito, evitar las situaciones asociadas al tabaco, combinar el tratamiento elegido con una dieta rica en fruta y no dejarse desanimar por las recaídas son los consejos que los médicos gallegos ofrecen a quienes quieren dejar los cigarrillos. Aseguran que se trata de una enfermedad y por ello debe ser un especialista el que determine qué terapia es la más adecuada para cada paciente. El mercado gallego ofrece toda una amplia gama de tratamientos desde los clásicos chicles de nicotina y los fármacos hasta la hipnosis.

Es uno de los propósitos para el nuevo año por excelencia y durante 2010 puede ganar adeptos ante el anuncio del Ministerio de Sanidad de endurecer la ley antitabaco. Los médicos gallegos reconocen que dejar de fumar no es fácil, pero sostienen que tampoco es misión imposible. Seis de cada diez fumadores estarían dispuestos a decir adiós a los cigarrillos, pero como la fuerza de voluntad no suele ser suficiente, el mercado ofrece toda una gama de tratamientos adecuados a las necesidades de cada paciente. Parches, acupuntura, hipnosis o diferentes tipos de medicamentos prometen ser la solución para dejar un hábito que los médicos califican de “enfermedad”. Por ello, recomiendan acudir a un especialista para que determine cuál es la mejor terapia que se debe seguir.

Parches y chicles de nicotina. Uno de los tratamientos más sencillos y conocidos por los fumadores son los parches, unas tiras que se adhieren a la piel y que desprenden nicotina –lo que provoca la adicción al tabaco– para ayudar a controlar el síndrome de abstinencia. De venta en las farmacias sin receta, el paciente debe colocarse cada día un parche diferente en una zona de piel seca y sin vello. En función del tipo de producto se llevará 24 o 16 horas seguidas. El tratamiento puede durar entre ocho semanas y tres meses, pero el porcentaje de éxito apenas supera el 15%. Los médicos recomiendan combinar este tratamiento con terapia psicológica y mascar chicles de nicotina cuando surja la ansiedad por los cigarrillos. El precio de una caja con catorce parches supera los 30 euros.

Hipnosis. Someterse a sesiones de hipnosis clínica es una de las últimas novedades en tratamientos antitabaquismo. Lejos del espectáculo que se ofrece en la televisión, el paciente no pierde la consciencia ni la voluntad durante la terapia. “Lo que ocurre es que el fumador entra en un estado de concentración muy alto y se convierte en muy sugestionable, de forma que si lo intentamos convencer de algo será mucho más efectivo en este estado que si se lo decimos cuando está normal”, señala la psicóloga coruñesa María José Garabito, que realiza este tratamiento en su clínica de Narón. “En ningún momento se pierde la voluntad. Por ejemplo, si alguien quisiese hacer una barbaridad como pedirle que se desnudase o hacerle creer algo como ocurre en televisión, el paciente sería consciente y podría levantarse e irse sin problemas”, añade. Durante la sesión, el objetivo no es convencer al paciente de que deje de fumar sino potenciar los aspectos positivos de no hacerlo. “Le hablamos de la necesidad de cuidarse, de sentirse bien y le recordamos buenos momentos sin tabaco”, añade Garabito. El tipo y el número de sesiones varía en función del número de cigarrillos que consume el fumador, los años que lleva con el hábito o su ansiedad al dejarlo. “Hay de todo, pero lo normal es que no haga efecto hasta la cuarta o quinta hipnosis”, señala esta psicóloga, quien añade: “El único requisito para someterse a esta terapia es estar convencido de que quieres dejar el tabaco. Hay gente que viene pensando que esto es magia y no es así”.

Acupuntura. Esta técnica milenaria procedente del Antiguo Oriente también se aplica en la actualidad para intentar frenar la adicción al tabaco. El tratamiento se basa en la creencia de que el cuerpo cuenta con puntos clave que se relacionan de forma directa con los distintos órganos. El objetivo de este tratamiento es estimular el recorrido de las corrientes de energía que se dan en el organismo y para ello se colocan agujas en estos puntos clave. La finalidad de la acupuntura es reducir la ansiedad y el nivel de dependencia de la nicotina por lo que hace más llevadero el síndrome de abstinencia del tabaco. El precio del tratamiento oscila entre los 50 y 300 euros.

Tratamiento con láser. Se trata de una técnica derivada de la acupuntura en la que se sustituyen las agujas por láser para incidir en determinados puntos energéticos del organismo. “La adicción surge porque hay un desequilibrio en los meridianos de energía en los que se divide el cuerpo”, señalan desde Toplaser, una empresa especializada en esta técnica. La terapia que recomiendan los especialistas en esta técnica consiste en una sesión y otra de refuerzo. Su coste ronda los 300 euros.

Homeopatía. En el mercado existen preparados homeopáticos –elaborados a partir de componentes de la planta del tabaco– que ayudan a dejar el hábito. Este fármaco –que se vende en comprimidos o gotas– proporciona unas cantidades mínimas de nicotina al organismo para superar la adicción, pero sin contraindicaciones. Además, estos productos hacen que el organismo libere toxinas mientras realiza un drenaje completo. El tratamiento dura unas dos semanas y cuesta cerca de 95 euros. Relacionada con esta terapia están los productos de naturopatía, artículos elaborados a base de plantas que ayudan al drenaje del pulmón y a depurar todo el organismo. La terapia puede llegar hasta los 100 euros de coste.

Medicamentos. La medicina actual dispone de dos tipos de fármacos para hacer frente al tabaquismo que influyen sobre la parte del cerebro de la que dependen las adicciones. Los medicamentos están pensados para aquellas personas que tienen ya una adicción muy consolidada y sólo los médicos pueden determinar cuál es el idóneo para cada paciente. “Los fármacos no son adecuados para todos los fumadores pero es cierto que con ellos es más fácil dejar de fumar”, señala Julia Tábara, doctora de la Unidad de Tabaquismo del hospital universitario de A Coruña, quien añade: “El porcentaje de éxito es el triple que con otros tratamientos”.

Cigarrillos “verdes”. Para quienes fumar es algo más psicológico que físico y tienen que tener un cigarrillo entre los dedos, los herbolarios venden unos de hierbas –compuestos a base de hojas malvavisco, rosa, trébol, ginseng o manzana– que no incluyen nicotina. El precio de cada paquete ronda los 2,6 euros.

Alimentación. Los médicos recomiendan seguir una serie de pautas alimenticias para que dejar de fumar sea más sencillo. Un estudio de la Universidad de Duke de Carolina del Norte (EEUU) revela que las frutas, las hortalizas o los productos lácteos empeoran el sabor del cigarrillo por lo que conviene tomarlos para deshabituarse. Por el contrario, el abuso de la carne o consumir alcohol y café produce el efecto contrario, ya que realza su sabor y hace más atractivo el tabaco.

informacion extraida de: http://www.farodevigo.es/

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